El atletako de la familia
Desde luego, todos pasamos nuestras rachas. Pero Mikel siempre ha sido un deportista, tal y como muestra la imagen. La instantánea pertenece a un tramo de la carrera: Pamplona-Logroño-Albacete-Behobia-San Sebastián; con subidas al Anglirú, al Naranjo de Bulmes y al puerto de San Cristóbal.
El verano le ha pasado cierta factura a nuestro primo, pero tampoco se nota en demasía; puesto que, a pesar de sus "gramitos de más", aún tiene la gallardía de mirar a sus perseguidores con una sonrisa que dice algo así como, "ala, majo, píllame si puedes, que yo hago mogollón de deporte que te pedes, mierdosón".
La cosa iba bien y Mikel iba en una meritoria 357ª plaza hasta que la bici, incomprensiblemente, y por la malaventura que tejió el destino, se descacharró.
Pero bueno, es por todos reconocido que Mikel, después de soplar 32 velacas, sigue siendo un atleta de mucho peso en la comunidad. O por lo menos, cae bien (y rápido).
Con afecto, el temporero charrúa.